CASTILLO DE JAVIER
Foto: @Saioa92
Foto: @Saioa92
Foto: @Saioa92
Foto: @Saioa92
Al límite de la provincia de Zaragoza, en la parte más elevada del pequeño pueblo de Javier, se alza la silueta rotunda del Castillo de Javier, casa natal del patrón de Navarra. San Francisco Javier. Los orígenes del castillo se remontan a finales del siglo X, en el que se levantó una torre de señales, la torre del Homenaje. Su estratégica ubicación de frontera entre los reinos de Navarra y Aragón, acrecentó su sentido de fortaleza y en torno a la torre se fueron edificando los distintos cuerpos del castillo.
En 1516, por orden del cardenal Cisneros, fue parcialmente destruido, y a finales del siglo XIX y aneja a la fortaleza, se levantó la basílica de Javier. En 1952, las obras dereconstrucción devolvieron al castillo su fisonomía original y hoy es uno de los pocos castillos que conservan sus defensas y estructuras como troneras y saeteras.
Francisco de Javier nació en el seno de una familia noble y era el sexto hijo de Juan de Jasso, hombre importante del reino de Navarra, y María de Azpilcueta. A los 19 años se trasladó a París para estudiar en la Universidad de la Sorbona, donde conoció a San Ignacio de Loyola con quien cofundó la Compañía de Jesús.
Comenzó aquí su aventura evangelizadora que le llevó a recorrer, a lo largo de 11 años, multitud de aldeas y ciudades de África y Asia, hasta que finalmente murió de pulmonía el 3 de diciembre de 1552, cuando se disponía a entrar en el Imperio Chino. Tenía 46 años. Cinco siglos después, en todos los lugares que recorrió permanece una impronta de su vida y obra, y en su tierra natal, Navarra, es un personaje querido, venerado y admirado.
Para más información, siga leyendo en: turismonavarra.es